Siguiendo con nuestro fascinante
viaje por la ruta nazarí, es obligado dedicar un espacio a una de las grandes
maravillas de estas aventuras, su comida.
Durante el transcurso de las
diferentes etapas por los pueblos y ciudades de las regiones, centenares de
bares, mesones y tabernas típicos de cada rincón del trayecto nos abren sus
puertas para ofrecernos las mejores especialidades gastronómicas, que pueden
degustarse mediante la pequeña porción de una tapa o en mesa.
Todos estos platos tradicionales
vienen sellados para la inconfundible
marca de la dieta mediterránea. Prueba de ello son las materias primas que
ponen el acento en todos los platos: cereales, legumbres, verduras, hortalizas
y frutas entran en escena bañadas del elemento más característico de cuantos
tenga esta ruta, el aceite de oliva, y acompañadas como no podía ser de otra
manera, por los vinos preparados en la zona.
Además, estas regiones cuentan
con algunos de los productos más sabrosos de la península como las carnes cerdo,
cordero, aves, caza, más el complemento de salazones y pescado.
Uno de los bocados más famosos y
deliciosos son los
«hoyos de aceite», del cual ya hablamos en un artículo anterior,
que consiste en pan fresco de estas tierras aderezado con aromático aceite
crudo, acompañado de aceitunas, tomate, habas, tocino, arenques, bacalao e
incluso melón o uvas. Otros grandes platos propios de la zona son las pipirranas y las ensaladas, de lechuga
con granada y otras variantes, junto con los gazpachos, ajoblanco y salmorejo en la mitad occidental de Jaén.
La cocina andaluza oriental tiene su esencia en el carácter rural de
sus platos, su elaboración sencilla y su obsesión por ceder el protagonismo
a las materias primas principales, y añadiendo ciertos toques de aliños, caldos
o guarniciones.
Dentro de las carnes, el cerdo es protagonista con su magro, poniéndose al servicio de
deliciosos guisos, flamenquines y otros platos; tampoco deberíamos olvidar los
derivados de la carne en la matanza, desde Jaén a Granada, y que produce
estupendas chacinas y embutidos, chorizos, morcillas, rellenos…El cordero y el
choto –preparados al horno o en caldereta– se dan sobre todo en las mesas de
las comarcas serranas jiennenses y por las áreas granadinas.
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