Nada como las huellas del pasado
para entender el presente y atisbar el futuro. Una breve mirada hacia los
orígenes, la fundación y el desarrollo de la región de Martos se nos presenta
como un bonito relato que nos traslada desde los primeros asentamientos humanos
hasta la masiva edificación de siglos posteriores.
Martos surge en la prehistoria
con el desarrollo de un asentamiento
humano en un núcleo coordinador de población importantísimo durante toda la
historia marteña, «la Peña». El motivo por el
que se produjo tal congregación de seres humanos en esa zona, era su situación
estratégica, la existencia en sus inmediaciones de fuentes naturales de agua
así como de manantiales, además de la defensa natural que ofrecía frente a la
amenaza de otros animales o el propio clima; fueron los factores determinantes
que propiciaron el asentamiento humano a sus faldas.
Orígenes.
Como comentábamos anteriormente, los orígenes de la ciudad se remontan a la prehistoria
con el desarrollo del asentamiento humano a las faldas de "la Peña”, pero a pesar de la
defensa que ofrece el gigante montañoso, las diferentes civilizaciones que han
ido pasando por este asentamiento humano, han ido reforzándola con nuevas
construcciones defensivas.
Existe información acerca de los diferentes
materiales líticos pertenecientes al Paleolítico, sin embargo, las
manifestaciones documentadas más antiguas, son del Neolítico. A esta época
pertenecen los restos hallados en la zona del polideportivo, conocidos como
"El Molinillo", "Huertas Viejas" y "La Alberquilla". Son
estructuras subterráneas, destinadas a la edificación de viviendas, el
almacenaje y transformación de materias primas, funerarias, y defensivas.
El sedentarismo y el cultivo de cereales se iniciaron
también en esta época, en asentamientos conocidos como "La Nava", "Piedras de
Cobos", "Atalaya de Martos", "Santo Nicasio" y
"Cortijo de Tafú".
A partir del segundo milenio A.C., la cultura
agraria y pastoril irá cambiando, y se empezarán a asentar en laderas, aprovechándose
las terrazas naturales. Así mismo, se sustituirá el enterramiento masivo en
necrópolis por el enterramiento individual.
Etapa
Íbera. A partir del siglo V a. C., se producirá una concentración
de la población en núcleos fortificados, los llamados "oppida". Es en esta época íbera cuando la ciudad es
fundada con el nombre de Tucci. El actual territorio que conforma la provincia
de Jaén, fue dividido por los íberos en tres áreas: Oretania,
al norte del Guadalquivir, su ciudad más importante sería Cástulo;
Turdetania,
en la zona de la Campiña,
sus enclaves más importantes serían Obulco y Tucci;
y Bastetania, en el sureste de la provincia, su yacimiento más importante es Toya.
La constancia de la complejidad estructural de la ciudad de Tucci, se debe a
los numerosos restos arqueológicos encontrados, y al testimonio de
historiadores y eruditos como Appiano Alejandrino, Diodoro de Sicilia, Estrabón,
Plinio…
Se piensa que la zona escogida para el
asentamiento de la ciudad íbera, sería la comprendida entre la actual Plaza de
Santa Marta, y la calle Ogazonas Altas, debido a su situación defensiva. Se han
encontrado importantes necrópolis en torno a la Peña, como la del "Sapillo" y la de
"Santa Isabel", de las cuales se conservan numerosas muestras
arqueológicas, la mayoría de ellas expuestas en el Museo Arqueológico del
Colegio San Antonio de Padua.
Durante los siglos V, IV y III a. C.,
se consolida la cultura íbera en la Campiña Alta de Martos, con la propia ciudad de
Martos, y con otros importantes asentamientos u oppida como "La Nava",
"Miguelico", "Torrebenzalá", "Fuerte del Rey",
etc
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