martes, 22 de octubre de 2013

Historia de Martos (I)



Nada como las huellas del pasado para entender el presente y atisbar el futuro. Una breve mirada hacia los orígenes, la fundación y el desarrollo de la región de Martos se nos presenta como un bonito relato que nos traslada desde los primeros asentamientos humanos hasta la masiva edificación de siglos posteriores.

Martos surge en la prehistoria con el desarrollo de un asentamiento humano en un núcleo coordinador de población importantísimo durante toda la historia marteña, «la Peña». El motivo por el que se produjo tal congregación de seres humanos en esa zona, era su situación estratégica, la existencia en sus inmediaciones de fuentes naturales de agua así como de manantiales, además de la defensa natural que ofrecía frente a la amenaza de otros animales o el propio clima; fueron los factores determinantes que propiciaron el asentamiento humano a sus faldas.

Orígenes. Como comentábamos anteriormente, los orígenes de la ciudad se remontan a la prehistoria con el desarrollo del asentamiento humano a las faldas de "la Peña”, pero a pesar de la defensa que ofrece el gigante montañoso, las diferentes civilizaciones que han ido pasando por este asentamiento humano, han ido reforzándola con nuevas construcciones defensivas.

Existe información acerca de los diferentes materiales líticos pertenecientes al Paleolítico, sin embargo, las manifestaciones documentadas más antiguas, son del Neolítico. A esta época pertenecen los restos hallados en la zona del polideportivo, conocidos como "El Molinillo", "Huertas Viejas" y "La Alberquilla". Son estructuras subterráneas, destinadas a la edificación de viviendas, el almacenaje y transformación de materias primas, funerarias, y defensivas. 


El sedentarismo y el cultivo de cereales se iniciaron también en esta época, en asentamientos conocidos como "La Nava", "Piedras de Cobos", "Atalaya de Martos", "Santo Nicasio" y "Cortijo de Tafú".

A partir del segundo milenio A.C., la cultura agraria y pastoril irá cambiando, y se empezarán a asentar en laderas, aprovechándose las terrazas naturales. Así mismo, se sustituirá el enterramiento masivo en necrópolis por el enterramiento individual. 

Etapa Íbera. A partir del siglo V a. C., se producirá una concentración de la población en núcleos fortificados, los llamados "oppida". Es en esta época íbera cuando la ciudad es fundada con el nombre de Tucci. El actual territorio que conforma la provincia de Jaén, fue dividido por los íberos en tres áreas: Oretania, al norte del Guadalquivir, su ciudad más importante sería Cástulo; Turdetania, en la zona de la Campiña, sus enclaves más importantes serían Obulco y Tucci; y Bastetania, en el sureste de la provincia, su yacimiento más importante es Toya. La constancia de la complejidad estructural de la ciudad de Tucci, se debe a los numerosos restos arqueológicos encontrados, y al testimonio de historiadores y eruditos como Appiano Alejandrino, Diodoro de Sicilia, Estrabón, Plinio…

Se piensa que la zona escogida para el asentamiento de la ciudad íbera, sería la comprendida entre la actual Plaza de Santa Marta, y la calle Ogazonas Altas, debido a su situación defensiva. Se han encontrado importantes necrópolis en torno a la Peña, como la del "Sapillo" y la de "Santa Isabel", de las cuales se conservan numerosas muestras arqueológicas, la mayoría de ellas expuestas en el Museo Arqueológico del Colegio San Antonio de Padua.

Durante los siglos V, IV y III a. C., se consolida la cultura íbera en la Campiña Alta de Martos, con la propia ciudad de Martos, y con otros importantes asentamientos u oppida como "La Nava", "Miguelico", "Torrebenzalá", "Fuerte del Rey", etc

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