Urbanísticamente asentado al pie
de la ladera oeste de la Peña, y mirando hacia las tierras más llanas del Valle del Guadalquivir, Martos nos
muestra su estructura urbanística a través de su arquitectura civil, religiosa
e historicista.
En su corriente civil, podremos
hacer una ruta a paseo por el casco antiguo, y conforme avancemos
contemplaremos algunos edificios de gran reputación como Antigua
Cárcel y Cabildo, Pilar de la
Fuente Nueva, Castillo de la Peña, Castillo de la Villa, la Muralla Urbana, el Castillo de la Encomienda de Víboras,
el punte romano o el Círculo Nueva Amistad. La armonía e historia que rezuma del
conjunto de sus calles y monumentos le valió para que fuera declarado Bien de
Interés Cultural.
En cuanto a su herencia
religiosa, las figuras arquitectónicas más relevantes son: el Santuario de María Santísima de la Villa y campanario, donde se
venera a Santa María de la Villa,
la Labradora, y en cuya cripta descansan los restos
de los mártires de la guerra civil; la Real
Iglesia Parroquial de Santa Marta, templo levantado en
el corazón de la vieja villa, sobre las ruinas de una mezquita árabe de 1219
tras la conquista de la villa a los árabes por Fernando III de Castilla, así
como las ermitas de San Bartolomé, San Miguel y la de Santa Lucía.
Y finalmente, cabe destacar la nueva
arquitectura palaciega de estilo historicista que surge en el siglo XIX, que
revela el auge de las nuevas capas sociales. El gusto por las fachadas
llamativas, la ostentación ornamental, el cuidado de elementos como el mirador
y el jardín, o la introducción de nuevos materiales como la cerámica, el hierro,
el cristal, o la madera, son las características principales de esta nueva
corriente arquitectónica. En este sentido se pueden nombrar edificios como el
antiguo Instituto de artes y oficios, así como numerosas mansiones ubicadas en
la zona de la vega como el Hotelito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario