Sería difícil elegir un monumento
o edificio histórico de entre cuantos disfruta la provincia de Jaén, pues los
grandes restos arqueológicos firmados por los innumerables rasgos heredados de
otras culturas en el pasado han hecho de esta región una auténtica maravilla
para el visitante.
Una de las más conocidas por su
enorme relevancia son los Baños Árabes del Palacio de Villardompardo. En los
sótanos del palacio, localizado en la
Plaza de Santa Luisa de Marillac, en el barrio de la Magdalena, se encuentran
estos preciosos baños árabes, que pasan por ser los más grandes de Europa.
Construidos en el siglo XI, inspirados en el modelo común de las termas
romanas, los baños se trataban de estancias públicas, donde la comunidad se
reunía para debatir sobre política, sociedad y economía. Además, eran sitios
que cubrían las necesidades higiénicas de los ciudadanos. En 1246, bajo el
reinado de Fernando III, este edificio se destinó exclusivamente al curtido y
teñido de pieles.
A finales del siglo XVI, el Conde
de Villardompardo mandó construir su palacio sobre los baños, y quedando éstos
semienterrados en el sótano del palacio durante muchos años. Ya en el siglo XX,
en 1913, durante el proceso de
catalogación monumental de la ciudad fueron encontrados los restos, y ya a
finales de siglo se logró terminar la rehabilitación.
Si hacemos una ruta a
distancia, entraríamos al vestíbulo que
en los extremos tiene las alcobas separadas del resto de las estancias. Luego
nos encontramos con la sala fría e inmediatamente la sala templada, que es la
más grande. A continuación, la sala caliente, con una cubierta de bóveda de
cañón corrido. La zona central está cubierta por una bóveda semiesférica, y
todo el conjunto se distingue por su luminosidad, aportada por unas bellas
lucernas en forma de estrellas.
La entrada es gratuita y cierra
los lunes. Su visita, dicho lo cual, es obligada.
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